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sábado, 8 de maio de 2010

Un regalo de infancia

Como es bueno recordar la infancia, imaginar cuanta energía teníamos, éramos increíbles. Cuando tenía diez años mi hermano compro unos patines, me quedé encantada y con gana de andar. La primera ves que me puse ya aprendí a andar, pero mi hermano era muy celoso y no me dejaba jugar con él... entonces pasé a andar a las escondidas, lo que hacia con que más me gustara del juguete.
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Cuando pasaron 6 meses, mi hermano me lo regalo(juguete). ¡Ahí fue estupendo!... andaba en todo momento, en mis momentos de reflexión me gustaba andar, llegaba a mis límites, como: deslizar rampas e ir al club por las calles de patines.. era muy divertido.
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Ese juguete me proporcionaba una libertad, jugaba mucho, gasté mucha energía desde mis diez años hasta los quince, como yo era de una familia pobre necesitaba de muy poco para sentirme feliz.
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Llevo hasta hoy los recuerdos de esa época y con mucha gana de aun deslizarme por las pistas sintiendo las emociones que sentía, sin miedo ser de ser feliz.

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