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sábado, 8 de maio de 2010

Un regalo de infancia

Como es bueno recordar la infancia, imaginar cuanta energía teníamos, éramos increíbles. Cuando tenía diez años mi hermano compro unos patines, me quedé encantada y con gana de andar. La primera ves que me puse ya aprendí a andar, pero mi hermano era muy celoso y no me dejaba jugar con él... entonces pasé a andar a las escondidas, lo que hacia con que más me gustara del juguete.
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Cuando pasaron 6 meses, mi hermano me lo regalo(juguete). ¡Ahí fue estupendo!... andaba en todo momento, en mis momentos de reflexión me gustaba andar, llegaba a mis límites, como: deslizar rampas e ir al club por las calles de patines.. era muy divertido.
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Ese juguete me proporcionaba una libertad, jugaba mucho, gasté mucha energía desde mis diez años hasta los quince, como yo era de una familia pobre necesitaba de muy poco para sentirme feliz.
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Llevo hasta hoy los recuerdos de esa época y con mucha gana de aun deslizarme por las pistas sintiendo las emociones que sentía, sin miedo ser de ser feliz.

Un dibujo Marcante

Sin duda, cuando niños todo lo que miramos transformamos en fantasías, sentimos como se fuéramos el personaje principal. Yo siempre fui una persona sensible, no se porque, pero yo no puedo ver nada que envuelve a los niños y las injusticias, que empiezo a llorar sin control. De todo lo que ya vi en la tele, el dibujo Pinocho tiene para mí un recuerdo muy especial, porque es un dibujo que trae para nosotros una gran experiencia de vida el cual podemos llevar hasta los días de hoy.
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Uno de los puntos que creo interesante, es que Pinocho tiene un deseo de convertirse en humano y hasta que lo consigue… él pasa a vivenciar todas las dificultades que es vivir en nuestro mundo, o sea: la traición, la codicia, la importancia de los estudios y por fin el reconocimiento del “ser” importante que es la persona que lo crio, su abuelo.
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La hada, el grillo hablante, pienso que son nuestros ángeles de la guardia, son las personas buenas a nuestro alrededor que muchas veces no damos la importancia, y nada más son ellas que nos lleva a adelante haciendo con que no comentamos errores.
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En fin, vivimos en un mundo lleno de personas buenas y malas, pero tenemos que estar siempre alerta buscando hacer lo mejor y lo correcto, somos débiles… pero hay artimañas en la vida para que nos vaya bien hasta que vivamos en este planeta.

“Cometer un error y no corregirlo es otro error”

Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, porque convivo con ella en todo momento, luchando para no cometer errores, sea jugando con mi equipo de vóley o sea con mi equipo de trabajo. Son dos situaciones que exigen reflexiones, y al mismo tiempo comparaciones. Si estamos jugando y nos equivocamos en un ataque si no usamos el error como experiencia y atención, el sentimiento toma cuenta de nosotros de una tal manera que perdemos la fuerza, pasamos a no creer más en nosotros y ahí está el peligro, perdemos el juego y nos quedamos con un sentimiento de culpa. Al mismo tiempo en el trabajo, si nos equivocamos con una tarea... pensemos, seamos creativo y en seguida intentemos hablar con el jefe para que corrijamos de la mejor manera posible, caso contrario él se dará cuenta de la situación quedará peor como se fuera un “juego perdido”.
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De acuerdo con mi experiencia de mi vida, aprendí que no hay problema que no sea resuelto. No hay error que no pueda ser corregido, solo es necesario ser humilde y encáralo de frente, mismo que sufra, pero siempre use la verdad, sea digno en todo lo que haga, pues así nuestra consciencia, agradecerá.